¿Qué es el acceso universal?
En 2006 los gobiernos adoptaron un compromiso histórico ante las Naciones Unidas para ampliar exponencialmente la respuesta al sida. En la Declaración política sobre el VIH/SIDA (2006) los países se comprometieron a ofrecer acceso universal a los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH a todos aquellos que los necesitaran para 2010. Conseguir el acceso universal sigue siendo prioridad absoluta para ONUSIDA. Esta promesa tiene su base en la Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA (2001), en la que los gobiernos
adoptaron una serie de compromisos vinculantes para ampliar sus esfuerzos en la respuesta al VIH.
Ambos documentos promueven la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en especial del ODM 6, cuyo fi n es detener y reducir la propagación del VIH para 2015.
ONUSIDA está promoviendo que se haga una revisión para ver en qué punto se encuentra el acceso universal en 2010 y se refl exione sobre los compromisos que se adoptaron en la Declaración de compromiso de 2001 y en la Declaración política de 2006, utilizando para ellos los datos que los países han facilitado dentro del marco de presentación de informes para el UNGASS.
Las consultas nacionales y regionales que dieron lugar al compromiso de alcanzar el acceso universal en 2006 identifi caron una serie de barreras que impiden ampliar los programas para el VIH. Entre estosobstáculos están las defi ciencias en los sistemas de suministro y en los mecanismos de fi nanciación,la debilidad de los sistemas sanitarios, la carencia de recursos humanos, los altos niveles de estigma y
discriminación, la desigualdad entre los géneros y la marginación de las poblaciones más expuestas al riesgo de infección. Sin embargo, los países prometieron abordar estos obstáculos y establecer objetivos nacionales en pro del acceso universal.
Aunque algunos países han progresado en áreas como la prevención de la transmisión maternoinfantil y la provisión de tratamiento antirretrovírico, muchos se están encontrando con grandes difi cultades debido a que no están progresando lo sufi ciente a la hora de abordar los obstáculos que identifi caron en el primer conjunto de consultas nacionales, así como a los determinantes sociales del riesgo a
la vulnerabilidad al VIH. Entre estos determinantes están los altos niveles de discriminación de las personas que vive con el VIH, la desigualdad entre los géneros, la violencia que sufren mujeres y niñas, la marginación de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los usuarios de drogas y los profesionales del sexo, así como las leyes, prácticas y políticas opresivas que siguen frenando las
respuestas nacionales efectivas.
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